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Ser independiente es primordial

Por: Sandra Chávez Ruelas

Presidenta Honorífica del SEDIF Tlaxcala


Edición 4 | En el País | Febrero 2021

 

Foto Principal Familia DIFUno de los compromisos más importantes de las instituciones dedicadas a la asistencia social es mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidad, tanto al interior de sus hogares, durante la convivencia familiar del día a día, como en su inclusión fuera de casa en aquellas actividades a las que todos tenemos derecho.

La inclusión social de las personas con discapacidad implica que éstas adquieran las herramientas necesarias para integrarse a la vida independiente, al poder  realizar por sí mismas hábitos cotidianos como bañarse, vestirse y comer, pero también en los aspectos educativo, laboral, deportivo, cultural  y recreativo, entre otros.

Nuestro trabajo en el SEDIF de Tlaxcala nos ha permitido saber que existen algunos tipos de discapacidad que impiden la movilidad sin asistencia, lo cual dificulta la inclusión, pero en la mayoría de los casos se requiere un diagnóstico acertado y la terapia correcta, para permitir a estas personas ser independientes o alcanzar cierto grado de independencia.

Por ello, además de los servicios que brindan las Unidades Básicas de Rehabilitación (UBR) estatales y municipales, decidimos establecer convenios de colaboración con instituciones afines, para fortalecer nuestros programas de atención. Aquí un ejemplo:

En septiembre del 2018 se impartió el primer tallerRehabilitación Activa para Personas con Discapacidad Motora”, a cargo de la organización internacional “Vida Independiente México” (VIM); un entrenamiento práctico y teórico dirigido no sólo a las personas con dicha condición, sino también a cuidadores, terapeutas, enfermeras y médicos, así como a familiares y amigos, quienes debían tomar el curso en silla de ruedas para comprender mejor la situación.

Cuatro entrenadores de VIM capacitaron ese año a 38 profesionales de las UBR y a 9 personas con discapacidad motriz, para moverse en lugares públicos sobre una silla de ruedas activa, que es más ligera que las que conocemos: ergonómica, compacta, durable, de fácil mantenimiento, todo terreno, fabricada a la medida y que les fue otorgada por el SEDIF.

Ha sido emocionante escuchar historias de jóvenes que tras haber perdido la movilidad de las piernas y el sentido de su existencia, luego de este entrenamiento hayan aprendido a subir rampas, bajar escaleras, moverse con libertad en la calle sin necesidad de que alguien los lleve o acompañe y recuperar la alegría de vivir al adquirir independencia.

Este taller se volvió a impartir en el año 2019 a otras 25 personas con discapacidad motora, quienes también recibieron una silla activa; mientras que 25 terapeutas físicos de las UBR fueron capacitados para poder replicar lo aprendido en sus lugares de trabajo, dar seguimiento y reconocer a los pacientes que son aptos para utilizar una silla con estas características.

La pandemia no nos detuvo y, en el año 2020, pudimos organizar el tercer curso de Rehabilitación Activa para Personas con Discapacidad Motora, con 28 alumnos que aprendieron a aceptarse a sí mismos, a superar sus temores e inseguridades, lograr su propia integración social y retomar el control de sus vidas.   

Esta es tan solo una muestra de las muchas satisfacciones que hemos tenido al colaborar en una institución dedicada a brindar servicios a quienes más los necesitan. ¡Gracias, DIF!

 

 

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