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Edición 3 | Opinión | Octubre 2020

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María del Rocío García Pérez

Titular del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia


Atención a la Primera Infancia: Fortaleciendo a México

 

La atención y cuidado de la Primera Infancia implica satisfacer las necesidades sociales, emocionales, cognitivas y físicas de niñas y niños desde su nacimiento y hasta los cinco años 11 meses, con el objetivo de generar las condiciones favorables para su bienestar y desarrollo integral, dotarles de las herramientas y habilidades que les acompañarán a lo largo de su vida.

Para el Sistema Nacional DIF la atención a la Primera Infancia constituye un asunto de Estado; por ello, todas las políticas públicas a su favor son la base para la formación de la ciudadanía que contribuirá cada vez más al fortalecimiento del país.

La Familia DIF a nivel nacional, estatal y municipal cumple con su responsabilidad de brindar atención, primordialmente, a las niñas y los niños que se encuentran en condiciones de vulnerabilidad, a través de acciones y programas que les permiten compensar las deficiencias de su entorno familiar y que contribuyen a combatir las desigualdades que enfrentan en diferentes ámbitos de la vida.

De acuerdo con información del Consejo Nacional de Población (Conapo), en 2019 se tenía un registro de alrededor de 13.1 millones de niñas y niños menores de 6 años. Se espera que durante el periodo 2019-2024 nazcan casi 12.8 millones más, alcanzando un promedio anual de 12.9 millones de personas ubicadas en la Primera Infancia.

Del total de niñas y niños menores de 6 años que existían en 2019, alrededor de 1.4 millones eran población indígena y poco más de 185 mil afromexicanas y afromexicanos. Alrededor de 157 mil padecían alguna discapacidad.

Por otro lado, un estudio del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) reveló, en 2014, que niñas y niños entre 0 y 1 año de edad eran la población con mayor carencia de servicios de salud, mientras que las y los de 3 a 5 años tenían la mayor carencia en materia educativa.

Las vulnerabilidades de este grupo se agudizan cuando no se garantiza el ejercicio pleno de sus derechos y surgen brechas importantes, a veces insuperables, producto de las desigualdades de origen, su desarrollo pleno e integral se ve afectado y, por lo tanto, generan un impacto negativo en su trayectoria de vida. Estas brechas pueden agruparse en: Salud y nutrición; educación y cuidados; protección y bienestar.

Por lo anterior, cobran relevancia las aportaciones de diversos estudios realizados en distintas partes del mundo, que demuestran que lo que sucede en la Primera Infancia de una persona tiene consecuencias, a largo plazo, en su capacidad de aprendizaje, en la salud y las habilidades para enfrentar adversidades, así como para relacionarse de manera positiva y solidaria con su familia, comunidad y entorno.

Debido a ello, es que como instituciones del Estado Mexicano debemos elaborar propuestas efectivas de apoyo que contribuyan a establecer mejores condiciones de vida para las personas, especialmente las más vulnerables y con mayor grado de desigualdad.

La atención no puede enfocarse exclusivamente en la población infantil; hay que ir más allá y ofrecerla, primero, a las mujeres durante el desarrollo del embarazo y en los días posteriores al nacimiento de la niña o el niño; también hay que trabajar con las futuras madres y padres, pues en ellas y ellos recaerá la responsabilidad de cuidarles y educarles.

La Organización Mundial de la Salud (OMS), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y el Banco Mundial establecieron un Marco de Cuidado Cariñoso y Sensible que fue tomado como modelo para la implementación, en México, de la Estrategia Nacional de Atención a la Primera Infancia (ENAPI).

A partir de este Marco, se identificaron cinco áreas de desarrollo de la Primera Infancia que sirven para optimizar y reforzar los programas de desarrollo dirigidos a esta población en nuestro país: buena salud, nutrición adecuada, oportunidades para el aprendizaje temprano, protección y seguridad, y atención receptiva.

Estos principios sirven de base para instrumentar políticas públicas, a través de las acciones que son instrumentadas por quienes formamos parte de la Familia DIF: el Sistema Nacional, los Sistemas Estatales y Municipales. Es así como en esta edición de nuestra revista, conoceremos las diferentes acciones que se llevan a cabo para el cuidado y atención de la Primera Infancia.

La Primera Infancia es un momento decisivo para el desarrollo del ser humano, pues de acuerdo con especialistas, esta etapa constituye el periodo de mayor crecimiento y maduración de las personas, ya que las niñas y los niños son influidos por factores psicosociales y biológicos. Esto implica que es en la Primera Infancia donde podemos sustentar la fortaleza de México.

¡Hagámoslo!

 

 

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