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LACTANCIA MATERNA, RESPONSABILIDAD DE TODAS Y TODOS

Por sus incalculables e insustituibles beneficios, la Lactancia Materna es una responsabilidad de todas y todos; autoridades, sector privado y sociedad civil; familias, padres o profesionales de la salud, debemos estar comprometidos con su promoción y llevar a cabo acciones que garanticen que cualquier mujer-madre pueda realizar esta práctica sin limitación alguna.

Desde el momento del nacimiento y hasta los primeros dos años de vida del ser humano se generan los mayores cambios en su desarrollo físico, psicológico y emocional. Este periodo es crucial para el desarrollo de factores de orden biológico, como la nutrición de la madre, el peso de la o el bebé al nacer, la duración de la lactancia materna o las infecciones en la infancia, entre otros.

Es en esta etapa cuando se establecen hábitos alimentarios perdurables, la mayor parte de los órganos y tejidos se desarrollan, así como el potencial físico e intelectual de la niña y el niño.

Es así que la leche materna representa el mejor alimento para el desarrollo de la o el bebé, ya que reduce su mortalidad en los primeros días de vida, brinda los nutrientes y el agua necesarios para su alimentación en los primeros 6 meses y facilita el apego o vínculo afectivo entre la madre, su hija o hijo, fortaleciendo de esta manera su desarrollo intelectual y psicosocial.

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) 2018, en México, el grupo de menores de 5 años es en el que se observan las mayores prevalencias de desnutrición crónica (14.9%) y anemia (23.0%) enfermedades que, además de afectar el desarrollo cognitivo de las niñas y los niños y asociarse a un incremento en la prevalencia de infecciones, aumentan el riesgo de desarrollar sobrepeso y obesidad en etapas posteriores de la vida.

Asimismo, los resultados de las prácticas de lactancia materna y alimentación complementaria en las Encuestas Nacionales de Salud y Nutrición 2006 y 2012 evidenciaron un descenso importante en la leche materna exclusiva de 22.3 a 14.4% y que las prácticas de alimentación complementaria no cumplían con las recomendaciones de la OMS debido a que 48% de los niños menores de 6 meses y 33% de los niños entre 6 y 11 meses ingirieron fórmula infantil, y menos de la mitad de los niños de entre 6 y 24 meses ingirieron alimentos de origen animal.

La decisión de una madre de amamantar está influenciada por factores sociales, culturales, prácticas y políticas hospitalarias y de atención médica inadecuadas, falta de conocimiento y apoyo calificado, licencia y maternidad insuficiente y ausente, además de una fuerte comercialización de alimentos sucedáneos, ante lo que se requieren campañas de información para cambiar comportamientos, así como normas sociales y laborales para ampliar la licencia de maternidad a 24 semanas en el sector formal e incluir a las mujeres del sector informal, entre otras.
La lactancia materna beneficia a la o el recién nacido y a la madre, y es una práctica que genera ahorros económicos a las familias y a la sociedad, sin olvidar que contribuye con la preservación del medio ambiente.


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