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Adoptando nuevas realidades

Por: Juan Barea Canul

Encargado de la Dirección General del Sistema DIF Yucatán


Edición 5 | En el País | Junio 2021

 

Foto Principal Familia DIF

La familia siempre se ha visto como el elemento más importante de la sociedad, pues, en su interior, se forman los ciudadanos que más adelante tendrán en sus manos las riendas de la realidad que nos rodea. Por ello, cuando una niña, niño o adolescente ha sido criado con amor, respeto y tolerancia, no es sorpresa encontrarse con adultos responsables y productivos que persiguen el bien común.No obstante, con el paso del tiempo, la convivencia familiar se ha hecho más complicada por las dinámicas laborales de los padres y las responsabilidades escolares de las y los hijos, que exigen la concentración de su tiempo y esfuerzos en tales actividades, lo que trae como consecuencia la reducción, a jornadas bastante limitadas, el tiempo de esparcimiento y convivencia de calidad.

Una familia biológica tiene el privilegio de estar con sus hijos e hijas desde el día 1 de sus vidas, pero cuando se piensa en personas que han decidido adoptar y darle la oportunidad de vivir en familia a una niña, niño o adolescente, la realidad es distinta. Desde el tiempo de espera, pasando por el proceso de adaptación, son periodos prolongados tendientes a la creación y fortalecimiento de vínculos emocionales, y que ante el panorama actual de cargas laborales y escolares se complica aún más.

En ese sentido, si bien la contingencia ocasionada por la pandemia del COVID-19 ha significado un periodo difícil para el común denominador de las familias, para las adoptivas se ha convertido en la oportunidad de oro para “recuperar el tiempo” que estuvieron separados y así continuar estrechando las relaciones afectivas entre las hijas e hijos y sus nuevos padres. Tal es el caso de la familia Gutiérrez Chan, que, en un profundo acto de amor, decidió abrir las puertas de su hogar a Elizabeth y Arturo de nueve y ocho años, respectivamente.

En propias palabras de Nancy, madre de la niña y el niño, el periodo de confinamiento por el coronavirus, les permitió conocerse un poco más y fortalecer los vínculos que los unen. “Hemos descubierto que ambos son buenos para las matemáticas y que, por el lado familiar, son muy cariñosos. Siempre dispuestos a colaborar con las tareas del hogar”, dijo.

Por su parte, Carlos comentó que la paternidad no le ha impedido continuar con las rutinas de cuidado personal a las que estaban acostumbrados como hacer ejercicio, para lo cual ha encontrado la manera de integrar a sus hijos, quienes además de divertirse, aprenden en esa acción un ejemplo de vida sana y hábitos positivos que, está seguro, forjará las personas en las que se convertirán en un futuro.

Ambos coinciden en que durante el confinamiento pudieron sacar a flote la fortaleza que los distingue como mamá y papá, y desarrollar la resiliencia suficiente para hacer de este periodo difícil, una etapa que sus hijos siempre recuerden como el momento en que se unieron más como familia.

De octubre de 2018 a la fecha, se han integrado a la vida en familia 407 niñas, niños y adolescentes. De esa cifra, 125 se incorporaron por procesos de adopción directa, avalados por el Consejo de Adopciones, el cual está integrado por sociedad civil, dependencias de gobierno y asociaciones que se dedican a trabajar por el bien de la niñez. Asimismo, 282 niñas, niños y adolescentes fueron reintegrados a sus familias extensas o ampliadas, a través del programa Redes Familiares.

Además de estos avances, en el DIF Yucatán también hemos asumido nuevas realidades para garantizar la restitución del derecho que tienen niñas, niños y adolescentes a una vida en familia, a través de la adopción, actuando en cumplimiento a la nueva Ley de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, aprobada en abril de este año.

Aunado a estos cambios significativos para garantizar el respeto de los derechos de la niñez y una mejor calidad de vida para ellas y ellos, esta ley también contribuye a agilizar la restitución del derecho a una vida en familia de infantes y adolescentes, en el estado, mediante procesos que resuelvan, con mayor prontitud, la situación jurídica de niñas, niños y adolescentes bajo tutela pública, cuyos familiares no reclamen su custodia o se desconozca su paradero.

Asimismo, se trabaja en la elaboración de la iniciativa de Ley de Adopciones, que tendrá como objetivo regular la parte administrativa y judicial del proceso de adopción, contar con plazos más ágiles para las resoluciones judiciales y estipular criterios objetivos para la selección de las familias y de niñas, niños y adolescentes sujetos de adopción.

Nuestro compromiso es y será con las familias, porque estamos firmemente convencidos de que cuidarlas, apoyarlas y propiciar su desarrollo, también es cuidar de Yucatán y asegurar un Estado próspero.

 

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