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Trabajamos para garantizar el derecho de niñas, niños y adolescentes a vivir en familia

Por: María Elba Carranza Aguirre

Directora General del Sistema DIF Quintana Roo


Edición 5 | En el País | Junio 2021

 

Foto Principal Familia DIF

Para nuestra Presidenta, Gaby Rejón de Joaquín, la familia es una prioridad. Ese ha sido uno de los ejes de nuestro trabajo desde el inicio de esta administración al frente del DIF Quintana Roo, para ello, una de sus instrucciones fue que nos diéramos a la tarea de cambiar la idea de que solo podían ser adoptados las niñas y los niños de la primera infancia logrando, a través de convivencias, sensibilizar a los interesados en adoptar para abrir su corazón a la posibilidad de cobijar en su hogar a personas mayores de cinco años.

De las impresiones más fuertes que tuvimos en la Casa Hogar, eran las caras tristes de niñas, niños y adolescentes cuando veían que una familia recibía en adopción a un bebé o a un infante de hasta cuatro o cinco años; en más de una ocasión nos preguntaron: ¿Por qué a mí no? Son de esos momentos en que se te hace un nudo en la garganta, porque sabíamos que ellos comprendían que mientras más edad tenían, eran menores las posibilidades de ser parte de un hogar.

A su corta edad, muchos de ellos han pasado por diversas situaciones muy difíciles, pero son seres humanos que necesitan amar y ser amados. En la Casa Hogar Ciudad de Niñas, Niños y Adolescentes les damos todos los cuidados que recibirían en una casa, pero nada se compara con ser parte de una familia con la cual construir juntos una historia de vida.

Ante ello, nos propusimos cambiar esta situación y sensibilizar a las personas interesadas en adoptar de que niñas y niños mayores de cinco años, adolescentes, personas con discapacidad y grupos de hermanos tienen mucho amor que brindar.

Es así como nació la idea de realizar, a través de la Procuraduría de Protección, convivencias que permitieran que se conocieran unos con otros, para que surgiera la empatía entre ellos y descubrieran afinidades, logrando que muchas niñas y niños tengan la posibilidad de ejercer su derecho a vivir en familia, sentirse amados y seguros.

Para nosotros, ha sido muy gratificante ver los resultados positivos de las convivencias, todo el trabajo realizado ha valido la pena, ya que muchas de esas caritas tristes que veíamos al principio, se transformaron en una enorme sonrisa de felicidad cuando fueron entregados formalmente a sus padres y se fueron con ellos tomados de las manos.

En el periodo de 2016 a 2020 hemos logrado concluir 56 procesos de adopción, sin separar, en algunos casos, a los hermanos; logrando también que niñas y niños mayores de cinco años y con discapacidad puedan ejercer su derecho a pertenecer a una familia.

Sin duda, participar en los procesos de adopción, es una de las tareas más satisfactorias que tenemos en la Procuraduría de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes, pues durante y después de cada procedimiento, se advierte la gran capacidad que tienen los solicitantes de dar ese amor incondicional a niñas, niños y adolescentes que fueron privados de ello y que, a su vez, están dispuestos a recibirlo, pero sobre todo, abiertos nuevamente a amar, fortaleciendo así su derecho a vivir en familia.

 

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