escudoblanco.png

invitada

Edición 2 | Columna Invitada | Agosto 2020

chistian 

 Lina Pohl Alfaro

Representante de la FAO en México


 

La importancia de cultivar, nutrir y preservar 

 

La alimentación es la esencia de la vida y la piedra angular de nuestras culturas y comunidades. Sin embargo, actualmente el ejercicio del derecho a la alimentación está en peligro, especialmente para las personas más pobres y vulnerables. A pesar de que, en las últimas décadas, el mundo ha progresado significativamente en la mejora de la productividad agrícola, y aunque producimos lo suficiente para alimentar a todas las personas, nuestros sistemas alimentarios están desequilibrados. El hambre, la malnutrición, la pérdida de biodiversidad, la degradación ambiental, la pérdida y el desperdicio de alimentos, y la falta de seguridad para las y los trabajadores de la cadena alimentaria son solo algunos de los problemas que evidencian este desequilibrio, dificultando el acceso a una alimentación saludable y suficiente.

 

La región de América Latina y el Caribe es la más cara en todo el planeta para tener una dieta saludable: casi 4 dólares al día por persona (1), lo que significa que una dieta saludable está fuera del alcance de 104 millones de personas en la región. En un momento como el que vivimos actualmente, es más importante que nunca reconocer la necesidad de apoyar a nuestros héroes de la alimentación, que son los agricultores y trabajadores de todo el sistema alimentario. Ellas y ellos garantizan que los alimentos lleguen del campo a la mesa, incluso en medio de perturbaciones sin precedentes como la pandemia por coronavirus (COVID-19).

Comer de manera saludable minimiza los riesgos de contraer enfermedades. Preservar el acceso a alimentos inocuos y nutritivos es y seguirá siendo una parte esencial de la respuesta a la enfermedad por coronavirus, especialmente para los más vulnerables en México, que son quienes más han sufrido el impacto de la pandemia y se verán más afectados por las perturbaciones económicas derivadas. Es sabido que una mala nutrición supone mayores riesgos de contraer enfermedades. Mientras desarrollamos e implementamos planes de recuperación de la enfermedad por coronavirus, existe la oportunidad de adoptar soluciones innovadoras basadas en evidencia científica para mejorar nuestros sistemas alimentarios y transformarlos.

Una transformación y oportunidad importante para México será hacer que una dieta saludable sea accesible y asequible para toda la población. Todo esto garantizando condiciones laborales para los trabajadores del campo y produciendo de manera sustentable. Desde la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), estamos trabajando con la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural y con el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (SNDIF) en pro de la seguridad alimentaria y nutricional en México. Es relevante puntualizar que antes de la pandemia, 55.5% de la población en México ya presentaba algún grado de inseguridad alimentaria (2). Además, la región de América Central, a la que pertenece México, tiene proyecciones alarmantes: el porcentaje de personas subnutridas pasará de 9.3% en 2019 a 12.4% en 2030 (1). Esto si los gobiernos no aplican medidas para revertir esta proyección. Los pronósticos hasta ahora son desalentadores: Con el rumbo que llevamos no vamos a lograr cumplir el objetivo 2 de los ODS que es Hambre Cero. Tendremos para el 2030 casi 70 millones de personas con hambre.

Con ese inadmisible panorama llegaremos al 16 de octubre, fecha en la que se conmemora el Día Mundial de la Alimentación (DMA). A medida que los países de todo el mundo sufren las repercusiones de la pandemia de COVID-19, el #DíaMundialdelaAlimentación hace un llamamiento a la solidaridad internacional para ayudar a las personas más vulnerables a que se recuperen y para hacer que los sistemas alimentarios sean más sostenibles, robustos y resilientes ante cualquier crisis. Las cifras de personas con hambre están cambiando conforme se desarrolla la crisis, con efectos cada vez más negativos. Lo único que no ha cambiado es la solución. Necesitaremos de la protección social y oportunidades innovadoras a través de la digitalización y el comercio electrónico, pero también prácticas agrícolas más sostenibles que preserven los recursos naturales de la Tierra, nuestra salud y el clima.

“Cultivar, nutrir y preservar”, lema del DMA 2020, es un llamado a la acción. El actual gobierno y el DIF están haciendo esfuerzos extraordinarios por proteger a estas poblaciones vulnerables. Pero esto debe estar acompañado del trabajo de todos y todas en México, desde aumentar la demanda de alimentos nutritivos eligiendo los más saludables y comprando a productores locales, así como practicar hábitos de producción sostenibles. Los gobiernos nacionales y subnacionales, el sector privado, la sociedad civil y los organismos internacionales necesitamos garantizar que nuestros sistemas alimentarios puedan cultivar una variedad de alimentos para nutrir a una población en crecimiento y al mismo tiempo preservemos juntos nuestro planeta, nuestra casa común.


1. FAO. The State of Food Security and Nutrition in the World 2020. Transforming food systems for affordable healthy diets. IEEE Journal of Selected Topics in Applied Earth Observations and Remote Sensing. 2020. 202 p.

2. Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) e Instituto Nacional de Salud Pública (INSP). Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2018. Ensanut. 2018;1:47.

 

 

María del Rocío
García Pérez

Titular del SNDIF

Alimentación: ¿Por qué volver al origen?

OPINIÓN

familias de acogida